domingo, 26 de septiembre de 2010

Primero lo primero...

Para estudiar un texto bíblico es muy importante conocer el contexto del mismo.
Si bien es importante conocer el contexto histórico y geográfico en el cual emerge dicho texto, hoy vamos a abocarnos al contexto literario y en primer lugar a delimitar el texto a partir de una perícopa. Una perícopa es un grupo de versos con un sentido unitario coherente.

La perícopa es necesaria puesto que los manuscritos antiguos a los cuales nos remitiremos para realizar la investigación no presentan divisiones de capítulos y versículos como conocemos hoy en día, tampoco presentan títulos y subtítulos como en cualquier Biblia se puede percibir. Más aún, al ser manuscritos el texto figura de forma continua, tal es así que no llevan título, pues el título que por el cual hoy los conocemos hacen referencias a las primeras palabras que figuran en los propios manuscritos (Ej: Génesis: se llama así pues el libro comienza diciendo: Génesis, es decir “en el comienzo”)

Por lo tanto surge un interrogante ¿Cómo hacer para delimitar temas? ¿Cómo hacer para distinguir cuando comienza una historia y cuando termina?

Existen al menos tres formas diferentes para proceder y llegar a delimitar un tema, es decir tres formas para poder determinar una perícopa: Las marcas sinagogales, las marcas temáticas y las partículas macro sintácticas. Ahora bien, solo presentaré las dos primeras pues son las que de alguna manera interfieren en nuestro texto a tratar:

1. Por medio de marcas sinagogales: En la Biblia Hebraica Stuttgartensia las letras hebreas P y S que figuran de forma separada en el texto son las que marcan las unidades textuales de forma principal.

Ej: En el texto a tratar estas marcas se encuentran entre Éxodo 14:1-14. La selección de estos versos bien podrían ser una delimitación correcta.

2. Marcas temáticas: Las marcas temáticas son aquellas palabras

Ejemplo 1: “Y dijo Dios” como sucede a partir del verso 15 demostrando la finalidad de un tema.

Ejemplo 2: “Y fue dado aviso al rey de Egipto…” (vers. 5). Los primeros 4 versículos del capítulo 14 demuestran que Dios le estaba hablando a Moisés, esa frase en el verso 5 demuestra no solo la finalización de lo que Dios le dijo sino también el comienzo de otro suceso.

Esta última es la que utilizaremos para delimitar nuestro texto a tratar, pues nuestro interés estará centrado en lo que Dios le dijo al Faraón mas precisamente en la frase: “Yo endureceré el corazón del Faraón”.

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